Julio Verne: De la Tierra a la Luna
Una de las obras más famosas del escritor francés Julio Verne, fue publicada en 1865, pero su argumento se anticipó un siglo a lo que pasaría en la realidad. En el libro el francés puso el nombre de “Columbiad” al proyectil con humanos dirigido a Selene. Casualmente (o causalmente) 104 años después, el módulo de la nave Apolo que completó la misión real llevaba el nombre de Columbia, con un peso muy similar al ideado por el escritor.
En la novela de Verne, la vigilancia del viaje del proyectil se realizaba desde un telescopio gigante imaginario, con un lente de cinco metros de diámetro, ubicado en las Montañas Rocosas, casi las mismas dimensiones y ubicación real del gran radiotelescopio de Monte Palomar.
El viaje en la obra de Verne se realizaba a una velocidad de 40.000 km/h., consumándose el trayecto en 97 horas. En la realidad el Apolo XI viajó a 38.500 km/h y la singladura por el espacio requirió 102 horas. Al regreso, la nave real amerizó en un punto concreto del Océano Pacífico, lugar que distaba tan solo cuatro kilómetros del imaginado por Verne un siglo antes.
¿Coincidencia? ¿Premonición?